Los científicos de la NASA y la misión OSIRIS-REx acaban de revelar hallazgos extraordinarios en las muestras traídas del asteroide Bennu, una roca espacial que data de hace más de 4.500 millones de años. Los nuevos análisis, publicados en prestigiosas revistas científicas, han confirmado la presencia de azúcares esenciales para la biología terrestre, junto con otros compuestos orgánicos clave, reforzando la hipótesis de que los ingredientes de la vida llegaron a la Tierra desde el espacio.
Azúcares bioesenciales y el enigma del ARN
El descubrimiento más sorprendente es la detección de la ribosa y la glucosa en el material de Bennu. La ribosa es un azúcar de cinco carbonos que constituye el componente estructural fundamental del ARN (ácido ribonucleico), una molécula que se cree fue crucial en el origen de la vida antes de que el ADN se convirtiera en el material genético dominante. Ribosa: Su presencia es trascendental. Junto con las nucleobases y fosfatos (ya detectados en Bennu), la ribosa completa el conjunto de ingredientes necesarios para formar la molécula de ARN. Esto da un fuerte apoyo a la teoría del "Mundo de ARN", que postula que las primeras formas de vida se basaron en esta molécula.
Glucosa: Este azúcar de seis carbonos es una de las principales fuentes de energía para la vida en la Tierra. Su hallazgo en material espacial primitivo sugiere que la "alimentación" básica para formas de vida sencillas ya estaba disponible en el sistema solar exterior desde sus inicios.
Estos azúcares se suman a las detecciones anteriores de aminoácidos (los bloques de construcción de las proteínas) y nucleobases (los "peldaños" del ADN y ARN). Lo hallado en Bennu incluye: Azúcares (Ribosa y Glucosa): Componentes del ARN y fuente de energía.
Aminoácidos: Se ha identificado incluso la posible presencia del complejo triptófano.
Nucleobases y fosfatos: Elementos clave del código genético.
La diversidad y abundancia de estos compuestos sugieren que el cuerpo progenitor de Bennu pudo haber sido una “sopa cósmica" ideal, donde los ingredientes de la vida se mezclaron, reaccionaron y quedaron preservados en un ambiente acuoso antiguo.
Además de los bloques de la vida, los científicos encontraron dos sorpresas más que ayudan a reconstruir la historia del asteroide: "Goma espacial" o Polímero orgánico: Se detectó un tipo de material orgánico similar a una "goma" o polímero natural nunca visto en una muestra extraterrestre. Su composición sugiere que pudo haberse formado cuando el asteroide se calentó ligeramente, facilitando reacciones químicas que condujeron a moléculas más complejas.
Abundancia de polvo presolar: Bennu contiene una cantidad de polvo de estrellas moribundas seis veces mayor que la encontrada en cualquier otra muestra espacial. Esto indica que el asteroide se formó en una región del disco protoplanetario del Sol que estaba excepcionalmente enriquecida con restos de estrellas explotadas, ofreciendo una visión sin precedentes sobre la mezcla de elementos que formaron nuestro sistema.
¿Qué significa esto para el origen de la vida?
Estos hallazgos revolucionarios refuerzan la Teoría de la Panspermia, que sugiere que los compuestos orgánicos esenciales, o incluso formas de vida muy sencillas, pudieron ser transportados a la Tierra primitiva a través de impactos de asteroides y cometas.
Bennu ha demostrado ser una cápsula del tiempo antigua, ofreciéndonos una ventana a los materiales que existían en nuestro vecindario cósmico hace 4.600 millones de años, justo antes de que se formaran los planetas. Continuar el análisis de estas muestras promete reescribir nuestra comprensión sobre cómo se formó nuestro sistema solar y, sobre todo, cómo surgieron los ingredientes que nos hicieron posibles.

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